Agriculutra 4.0
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La historia de la humanidad está estrechamente ligada a la aparición y evolución de la agricultura. Hace alrededor de 12 mil años, los grupos humanos de cazadores-recolectores comenzaron a domesticar plantas y desencadenaron la primera revolución agrícola que le dio origen a las primeras sociedades sedentarias. Esta revolución provocó una explosión de la población humana y el desarrollo de muchas de las características de la sociedad moderna como la división del trabajo, los sistemas políticos y la escritura. A pesar de ser una actividad extremadamente diversa que les dio forma a las primeras civilizaciones, la agricultura no sufrió grandes transformaciones hasta el siglo XVII cuando el rendimiento de los cultivos se incrementó de manera radical en Europa. Entre los años 1700 y 1850 la producción de alimentos creció más rápido que la población gracias a innovaciones como la rotación de cultivos y las variedades mejoradas. Este incremento en la productividad de la tierra permitió que una buena parte de la fuerza laboral migrara de la agricultura a otras áreas de trabajo como la industria. Esta segunda revolución en la agricultura sentó las bases para el surgimiento de la revolución industrial del siglo XIX que transformó por completo a la economía mundial y dio origen a la sociedad moderna.
A partir de la década de 1950, los avances tecnológicos producto de la Segunda Guerra Mundial comenzaron a aplicarse a la agricultura provocando su tercera gran transformación: la Revolución Verde. La introducción de tecnologías como la fertilización química, el mejoramiento genético, la aplicación de pesticidas y el riego tecnificado provocaron un aumento nunca visto en los rendimientos de los cultivos alrededor del mundo. Gracias a la revolución verde, la producción mundial de cereales casi se duplicó en los últimos 50 años lo que permitió mitigar el hambre de millones de personas. Además, dicha productividad tuvo un impacto positivo en el desarrollo económico de muchos países. Los aciertos de la revolución verde son innegables como lo son sus grandes desventajas, sobre todo en términos ambientales. La biodiversidad global se ha visto afectada por la aplicación de pesticidas y la conversión de bosques en tierras agrícolas. La intensificación del riego ha provocado el abatimiento de la mayoría de los acuíferos. Las emisiones de carbono se han incrementado radicalmente como consecuencia de la mecanización e intensificación de la agricultura.
Actualmente, alrededor de 650 millones de personas sufren hambre y la población mundial continúa creciendo junto con la demanda de alimentos. Por otro lado, los recursos necesarios para la agricultura son cada vez más escasos. Un porcentaje alarmante de las tierras cultivables sufren degradación severa y no podemos continuar la conversión de bosques en tierras de cultivo. Los mantos acuíferos se están utilizando muy por encima de su capacidad de recuperación. Por otro lado, el cambio climático está afectando la productividad de los cultivos y este problema se volverá cada vez más grabe. Es evidente que la tecnología actual no permitirá que la humanidad produzca suficientes alimentos en el futuro por lo que una cuarta revolución agrícola es inminente. La agricultura del futuro o “Agricultura 4.0” se va a caracterizar por el uso ultra eficiente de los recursos como el agua, el suelo y la energía.
En el futuro cercano, la humanidad estará obligada a producir más alimentos con recursos limitados y bajo condiciones climáticas cambiantes; además deberá hacerlo mientras disminuye sus emisiones de carbono. A primera vista, esto parece una misión imposible. Afortunadamente, existe una serie de avances tecnológicos que prometen ser el motor de la cuarta revolución agrícola. De acuerdo con el World Government Summit existen tres tendencias tecnológicas que determinarán el futuro de la agricultura.
- Nuevas tecnologías de producción. Las circunstancias actuales nos obligan a buscar nuevas formas de producir alimentos que no dependen de fuentes tradicionales de recursos. Por ejemplo, la expansión de la hidroponía permitirá cultivar plantas sin la necesidad de nuevas tierras agrícolas. También se está explorando la producción masiva de algas marinas para la alimentación de peces como una fuente de proteína. Finalmente, se están desarrollando las tecnologías necesarias para desalinizar agua de mar con fuentes de energía renovables lo que permitirá producir alimentos incluso en zonas desérticas.
- Agricultura urbana. Con el crecimiento constante de las grandes ciudades, la agricultura urbana representa una oportunidad de hacer más eficiente la distribución de alimentos. La agricultura vertical, por ejemplo, permite que las personas aprovechen los edificios para cultivar sus vegetales de manera sustentable y se espera que en el futuro una fracción importante de los alimentos se produzca de esta forma. Además, se están explorando tecnologías que prometen ser extremadamente eficientes en el uso de los recursos como la producción de carne en laboratorios y la impresión 3D de alimentos.
- Agricultura de precisión. La eficiencia de la agricultura se incrementará de manera radical gracias a la automatización de los procesos, la conectividad y la inteligencia artificial. Con menos gente involucrada directamente en la agricultura, es inevitable que muchas de las tareas estén siendo automatizadas. Por ejemplo, los tractores ya cuentan con sistemas de manejo automático guiados por GPS y pronto serán completamente autónomos. En el futuro los robots estarán involucrados en todos los procesos agrícolas desde la siembra hasta la cosecha y la distribución de alimentos. El ejercito de robots agricultores generará una enorme cantidad de información accesible gracias al internet de las cosas. Con toda esa información disponible para los motores de inteligencia artificial, llegará el momento en el que los humanos tengan un papel limitado en la producción de alimentos mientras que los robots tomarán y ejecutarán todas las decisiones.
La aplicación de los drones a la agricultura es un ejemplo claro de que la cuarta revolución agrícola ha comenzado. Hace apenas un par de décadas, los drones eran ciencia ficción y hoy están involucrados de manera comercial en la producción agrícola. Actualmente, los drones se utilizan mayoritariamente en la aplicación de agroquímicos porque ofrecen mayor precisión que los métodos tradicionales y requieren menos energía lo que tiene ventajas ambientales. Se espera que los drones se utilicen en toda clase de tareas agrícolas incluyendo la preparación del suelo, la siembra, el monitoreo e incluso la cosecha. Los agricultores del futuro serán un ejercito de drones comandados por inteligencia artificial.