En 1994, cuando internet y los mercados digitales eran algo lejano para la mayor parte del mundo, se formó la compañía especializada en venta de libros en línea con el nombre de Amazon Inc. En 2015, la corporación se colocó por encima de Walmart para convertirse en la empresa más valiosa del mundo y posiblemente de toda la historia. Amazon es solo un ejemplo de las miles de compañías que en las últimas tres décadas han liderado una tendencia de los mercados a digitalizarse. Son muchos los casos bien conocidos en los que las empresas que utilizan los mercados digitales han superado a sus contrapartes tradicionales, algunas de las cuales valían cientos de millones de dólares y habían dominado su terreno por décadas. Blockbuster se declaró en quiebra luego de ignorar el modelo digital de Netflix; Uber puso en aprietos a millones de compañías de taxis alrededor del mundo y los servicios de música digital convirtieron a la industria disquera en una curiosidad histórica.
En 2020, con el surgimiento de una pandemia que afectó a todo el mundo y nos obligó a permanecer en casa, la tendencia global a digitalizar los mercados se aceleró de forma considerable y tenemos todas las razones para creer que continuará transformando cada aspecto de la economía incluyendo, por supuesto, a la agricultura. Entonces, ¿Qué implican estos cambios para una industria que dio pie a nuestra civilización? Intentaré dar una respuesta a esta pregunta desde las perspectiva de dos mercados: el de los productos y el de los insumos agrícolas.
Los productos
Actualmente gran parte de las actividades cotidianas se realizan a distancia. Durante la contingencia sanitaria global el concepto de “oficina en casa” cobró una importancia sin precedentes y llegó para quedarse. Por ejemplo, los gigantes de la informática como Google, Facebook y Microsoft anunciaron que permitirán que sus empleados trabajen desde su hogar incluso después de que se termine la pandemia. Además, los gobiernos y los bancos fortalecieron sus plataformas digitales para facilitar la realización de toda clase de trámites en línea. Pero no solo estamos trabajando y haciendo trámites desde casa pues el gimnasio, el cine y el centro comercial fueron sustituidos por versiones hogareñas.
Pero quizá el cambio más relevante para el sector agrícola es el del boom de la comida a domicilio que sustituyó la asistencia a los restaurantes e incluso al supermercado. Uber-Eats y otros servicios de entrega alrededor del mundo cambiaron las expectativas del consumidor; hoy en día, la gente espera comida fresca y barata entregada directamente en la puerta de su hogar. Este cambio representa un reto para el sector agrícola pues debe lidiar con un nuevo eslabón en la cadena de valor de los alimentos. El sueño de todo agricultor es estar lo más cerca posible del consumidor para maximizar su ingreso. Por muchas décadas la cercanía al mercado de consumo fue representada por el supermercado, pero ese papel ahora le pertenece al repartidor lo que significa que el sector agrícola deberá adaptarse a sus necesidades. Por ejemplo, las papas fritas tradicionales están pensadas para consumirse inmediatamente después de su preparación. Luego de un viaje de más de 15 minutos desde el restaurante hasta el lugar de consumo las papas fritas pierden las características que las hacen atractivas: crujientes por fuera y suaves por dentro. La resolución de este problema significa asegurar el ingreso de miles de toneladas de papas para el mercado de la comida rápida y por supuesto el ingreso para los agricultores. Actualmente, existe un esfuerzo para desarrollar variedades de papa que en conjunto con nuevos métodos de cocción permitan asegurar la calidad del producto final entregado directamente en casa.
Pero además de los retos, el cambio en el mercado también abre muchas oportunidades para el sector agrícola. Existen muchos ejemplos de empresas agrícolas que han aprovechado el cambiante mercado para colocar sus productos frescos en los mercados locales utilizando plataformas digitales como trampolín sin depender de los intermediarios clásicos como las cadenas de supermercados. En los años por venir, mucho del éxito de las empresas agrícolas dependerá de su capacidad para aprovechar estas oportunidades.
Los insumos
Además del mercado de los productos agrícolas, también existe el de los insumos agrícolas que incluye todo lo necesario para la producción: tierra, maquinaria, semillas, fertilizantes, agroquímicos e incluso productos financieros y seguros agrícolas. Como es de esperarse, la digitalización también ha llegado a este mercado. Actualmente, la mayoría de los proveedores de insumos agrícolas importantes operan tiendas en línea que permiten a los agricultores acceder a insumos mucho más allá de su mercado local. El desarrollo del comercio electrónico también ha desatado un crecimiento en los servicios de transporte paquetería globales haciéndolos más baratos y accesibles para todo el mundo. Esto significa que la compra de insumos agrícolas está cada vez menos limitada por las grandes distancias. La ampliación de los mercados de insumos agrícolas genera mayor competencia y eso sin duda beneficiará a los agricultores pues obliga a los proveedores a responder con mejores precios, calidad y servicio.
Sin embargo, el acceso al mercado digital de los insumos agrícolas (y cualquier mercado digital) puede parecer intimidante. En ocasiones, resulta difícil distinguir entre los proveedores legítimos y los fraudulentos en internet. Por otro lado, no todos los agricultores cuentan con los medios para realizar pagos en línea. Además, el mercado de los insumos agrícolas es muy especializado y no siempre se puede garantizar que los paquetes tecnológicos de una compañía se adapten bien a otras regiones o cultivos. Afortunadamente, existen iniciativas tales como Verqor que permiten a las empresas agrícolas acceder de manera fácil a diversos servicios e insumos en una plataforma integrada, fácil de utilizar y específicamente pensada para sus necesidades.
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